Turísticos y peligrosos: siete destinos para vacaciones de riesgo

Hay paisajes espectaculares pero que, por su naturaleza, son extremadamente peligrosos. Es un privilegio estar ahí, no hay duda, y no muchos lo logran. En los últimos tiempos (antes de la pandemia, por supuesto), hordas de turistas viajaron hasta estos lugares motivados por las fotos del Instagram.

Te presentamos siete maravillas naturales que se convirtieron en atractivos turísticos y que también son algunos de los sitios más peligrosos del planeta.

El Annapurna, en Nepal

La montaña de Annapurna, en la cordillera del Himalaya, es de piedra caliza. Se formó en el fondo de un océano cálido hace millones de años. Luego, con los movimientos tectónicos estas montañas se fueron elevando hasta alcanzar las nubes.

Annapurna, también llamada “montaña maldita”, se encuentra en Nepal. Hasta 2012, solo 191 personas la escalaron con éxito y, según datos del Observatorio de la Tierra, solo cuatro de cada 10 alpinistas logran salir con vida, siendo así la montaña que tiene el mayor índice de mortalidad cuando la escalan.

Es una de las 10 montañas más altas del mundo y pertenece al grupo de los ochomiles, un término en el mundo del alpinismo que se le designa a las montañas con más de 8000 metros de altitud sobre el nivel del mar, como la cordillera del Himalaya y la del Karakorum.

En su terreno hay avalanchas constantes, temperaturas frías en extremo, la superficie está llena de grietas y se forman grandes bloques de hielo.

Fue escalada por primera vez el 3 de junio de 1950 por un par de alpinistas franceses. Su aventura fue desafortunada por las inclemencias del clima: les costó el corte de los dedos de sus pies por no tener el calzado adecuado.

Half Dome, en California

Half Dome (media cúpula) es un impresionante monolito de roca granítica que mide 1444 metros de altura. Conquistar su cima implica todo un riesgo si no se tiene la condición física adecuada y si no se siguen las reglas.

Es peligroso por su superficie resbaladiza y extremadamente empinada. El hiking es bastante agotador, aunque existen escalones de la misma roca y barandales y cables de metal para poder sostenerse. Se necesitan de 10 a 12 horas para llegar a la cima, por lo que hay que salir desde muy temprano.

Incluso, en 1865 esta montaña fue declarada inaccesible por lo complicado de su relieve. Half Dome es parte del Parque Nacional Yosemite en el estado de California. El 12 de octubre de 1875 el explorador George Anderson fue la primera persona en subir a la cima del Half Dome. Él fue quien hizo las perforaciones para que se instalaran los cables de la ruta principal de esta montaña.

En la actualidad solo se puede escalar desde mediados de mayo hasta la primera semana de octubre, pues en los meses de frío este lugar tiene muchas lluvias y el relieve se vuelve mucho más peligroso.

Como muchos aventureros extremos quieren escalar esta montaña, desde 2012 requieren solicitar un permiso. Varias personas fallecieron al intentarlo.

El Camino de la Muerte, en Bolivia

En 1995 la nombraron “la carretera más peligrosa del mundo”. El antiguo camino de los Yungas o mejor conocido como el “Camino de la Muerte” se encuentra en Bolivia. Comienza en las afueras de La Paz.

El camino, que resulta un atractivo turístico para quienes aman la bici de montaña, en 1995 fue considerado el más peligroso del mundo, ya que se estima que año a año alrededor de 300 personas perdieron la vida en este lugar.

Esta carretera de 80 kilómetros, que une a La Paz con el pueblo de Coroico, en la región de los Yungas, serpentea el borde de un cañón. Curvas y pendientes muy pronunciadas se recorren al filo del precipicio. El camino llega de repente se reduce a los tres metros de ancho. Este lugar cuenta con muchas curvas y pendientes muy pronunciadas. Mientras vas manejando el camino se hace más estrecho y llega a medir hasta tres metros de ancho. Tiene doble sentido y en algunos tramos no tiene asfalto. Y para subir los niveles de adrenalina, en el Camino de la Muerte se llega a dificultar la visión por el clima lluvioso y la neblina.

Lo mejor es contratar los servicios de un tour que sea experimentado y que cuente con un equipo (bici, casco, etc.) de gran calidad, al que se le dé un mantenimiento constante.

Piscina del Diablo, en Zambia

Nadar en un pozo al borde de un acantilado es una experiencia extremadamente emocionante en las Cataratas Victoria, ubicadas en el parque nacional homónimo que comparten Zambia y Zimbabue.

La Piscina del Diablo es una “piscina” natural a la orilla del abismo donde se desparraman millones de litros de agua del río Zambeze, que está a 108 metros de altura.

Los nadadores atrevidos tienen la oportunidad de experimentar el máximo placer: mirar por encima del borde de la cortina de agua más grande del mundo, cuentan los usuarios de TripAdvisor.

Se recomienda visitar esta alberca natural en los meses de sequía: a mitad de agosto y principios de enero, pues los niveles de agua son más bajos y las corrientes de agua son más amigables, ya que para acceder a este lugar vas pasando por una cuerda de seguridad por si te animás a asomarte al filo de las cataratas.

Volcán Negro, en Nicaragua

En la ciudad de León, en Nicaragua, se encuentra un volcán con una altura de 728 metros sobre el nivel del mar. El lugar está cubierto de ceniza y arena negra emitidas por este cono lanzafuego.

Se tiene el dato de que su última erupción fue hace 22 años. Sin embargo constantemente emite fumarolas y expulsa cenizas y lava, pero en menor medida. Subir hasta su cráter representa una odisea. Incluso muchos lo hacen para después deslizarse por sus laderas y hacer sandboarding.

El atleta francés de deportes extremos, Éric Barone, famoso por romper el récord mundial de velocidad en bicicleta de montaña, fue quien puso en el mapa el Volcán Negro, al descender por una de sus pendientes a 172 km/h.

La Cueva de la Muerte, en Francia

En el sistema montañoso de Vercors, en la comuna francesa de Enginsm, se encuentra uno de los lugares más temidos por los arqueólogos y aventureros pues descender a esta caverna es enfrentarse a un camino complicado, lleno de rocas húmedas en las que un paso en falso puede costar la vida. Recibe su nombre en honor al explorador Gouffre Berger, quien fue el primero en explorar la cueva en 1956, y llegó a recorrer más de 1000 metros en su interior.

La Cueva de la Muerte, aseguran, es la entrada al inframundo: su interior es tan profundo que es como si estuvieras en el centro de la tierra.

Durante las primeras exploraciones murieron varias personas, pues sus paredes de piedra caliza son resbalosas por el agua que se filtra en ellas, y puede llegar a inundar la cueva después de fuertes lluvias. Se considera una de las cavernas más temidas por los exploradores, según el diario británico Daily Mail. Cuenta cuenta con aproximadamente 1200 metros de profundidad, donde se formó un lago.

Monte Huashan, en China

Una de las cinco montañas sagradas de China es también una de las más peligrosas, ya que Huashan, a dos horas caminando desde Xian, tiene acantilados con muchos desniveles, terreno irregular y pendientes muy inclinadas, además de barrancas profundas.

Se lo conoce como “la montaña rusa más inclinada del mundo”. Posee varios picos: a uno de ellos se puede llegar en teleférico y a otros, a pie. Casi escalando con la consigna de no mirar hacia abajo.

Hay una cima, en especial que conduce a un antiguo templo taoísta, ahora convertido en una casa de té, que se hizo famosa por servir el té más peligroso del mundo, por el tipo de terreno por el que hay que subir para llegar hasta ahí.

Para subir al cielo se suben escaleras de madera irregulares colocadas a la orilla de un acantilado de más de 2,100 metros de altura sobre el nivel del mar, y luego se sigue por una línea en forma de pasarela de tan solo 30 centímetros de ancho. Aunque tenga cadenas para sujetarse, mirar hacia abajo podría ser una mala jugada del destino. Prácticamente se hace una escalada hasta la cumbre.

Desde 2001, el área de Huashan forma parte del Patrimonio de la Humanidad.